domingo, 23 de mayo de 2010

LA NOCION DE DIOS PARA FILOSOFIA DECIMO

LA NOCION DE DIOS EN LA EDAD MEDIA

El concepto de Dios.- el cristianismo anuncia la existencia de un Dios que sintetiza la trascendencia con la inmanencia. Por su trascendencia, Dios es absolutamente diferente a las cosas de este mundo, y no hay lugar a la confusión propia del panteísmo. Por su inmanencia, Dios está presente en los seres mundanos, en las cosas y en el hombre.Dios es el creador del Universo y nada escapa de su poder y acción. El hombre mismo creado a imagen y semejanza de Dios. La marcha del Universo es objeto de especial cuidado por parte Dios.Aparecen, pues, los conceptos de Creación y de Providencia, que no habían sido conjeturados en la filosofía Griega.Al mismo tiempo la Revelación cristiana nos habla de un Dios Padre, es decir de un Creador que trata al hombre con especiales lazos de benevolencia. Se convierte en un Ser bondadoso que todos podemos llamarle Padre.
Por último Dios es amor que significa que es el Bien mismo en tanto difusivo y benefactor. Sólo con esta noción de Dios puede entenderse la cosmovisión cristiana; que coloca en la cúspide de los valores a la Caridad, el amor de benevolencia y la actitud heroica del desinterés y del sacrificio amoroso.

La Iglesia

La única institución europea con
carácter universal fue la Iglesia, pero incluso en ella se había producido una fragmentación de la autoridad. Todo el poder en el seno de la jerarquía eclesiástica estaba en las manos de los obispos de cada región. El papa tenía una cierta preeminencia basada en el hecho de ser sucesor de san Pedro, primer obispo de Roma, a quien Cristo le había otorgado la máxima autoridad eclesiástica. No obstante, la elaborada maquinaria del gobierno eclesiástico y la idea de una Iglesia encabezada por el papa no se desarrollarían hasta pasados 500 años. La Iglesia se veía a sí misma como una comunidad espiritual de creyentes cristianos, exiliados del reino de Dios, que aguardaba en un mundo hostil el día de la salvación. Los miembros más destacados de esta comunidad se hallaban en los monasterios, diseminados por toda Europa y alejados de la jerarquía eclesiástica.
En el seno de la Iglesia hubo tendencias que aspiraban a unificar los rituales, el calendario y las reglas monásticas, opuestas a la desintegración y al desarrollo local. Al lado de estas medidas administrativas se conservaba la tradición cultural del Imperio romano. En el siglo IX, la llegada al poder de la dinastía Carolingia supuso el inicio de una nueva unidad europea basada en el legado romano, puesto que el poder político del emperador Carlomagno dependió de reformas administrativas en las que utilizó
materiales, métodos y objetivos del extinto mundo romano.
Aunque este desarrollo filosófico fue importante, la espiritualidad de la baja edad media fue el auténtico indicador de la turbulencia social y cultural de la época. Esta espiritualidad estuvo caracterizada por una intensa búsqueda de la experiencia directa con Dios, bien a través del éxtasis
personal de la iluminación mística, o bien mediante el examen personal de la palabra de Dios en la Biblia. En ambos casos, la Iglesia orgánica —tanto en su tradicional función de intérprete de la doctrina como en su papel institucional de guardián de los sacramentos— no estuvo en disposición de combatir ni de prescindir de este fenómeno.

2.- El concepto del hombre.- El hombre dentro de la doctrina cristiana, no es solo espíritu, sino una síntesis de materia y espíritu. Cierto que el espíritu es superior; pero no es obstáculo para que la salvación del hombre alcance sus dos niveles. De otro modo no podría entenderse el misterio de "la resurrección de la carne".Sin embargo el hombre sufre las consecuencias de sus desviaciones al actuar; la naturaleza humana está herida, tal es la doctrina del pecado original transmitido a todo género humano.Pero la superioridad de estas nociones con respecto a las concepciones griegas consisten, sobre todo, en la donación de sentido al ser humano.Así es como la existencia humana queda antológicamente abierta a un horizonte que está más allá del estrecho círculo de lo terreno, de lo material y de lo egocéntrico.

3.- La conducta humana.- Dentro del cristianismo, como tal, impera la ley del amor. Esto significa que el móvil de la conducta humana no debe consistir tanto en el adusto sentimiento de obligación, sino en la interna tendencia de generosidad, donación y sacrificio. Es la difusividad y la benevolencia divina (que los teólogos llaman Gracia) la que ha de prolongarse en el interior de cada persona, para beneficio de todo el género humano.
El bien moral (sobre natural) de una persona está, pues, en función de su respuesta libre, que asume y realiza el amor de benevolencia. El auténtico cristiano se reconoce por su conducta, en un nivel superior en donde "la obligación" ya no alcanza. Ya no es la coacción de la sociedad o de la autoridad, ni el respeto humano, ni el temor al castigo o el deseo del premio, lo que mueve al cristiano en cuanto tal, sino su amor a Dios, a Cristo y al prójimo. Sólo en este nivel es como se puede concebir una auténtica libertad o autodeterminación del sujeto.

ACTIVIDAD

1. Extraiga ocho ideas del texto
2. Elabore un mapa conceptual del texto
3. Reflexión: ¿ha cambiado el dios medieval al dios moderno? ¿Por qué? Explique en un escrito de 15 renglones
4. ¿Cómo era la relación hombre - dios – realidad en la edad media? Explíquelo por medio de una pirámide explicativa más un dibujo interpretativo.

FECHAS DE ENTREGA

10A Y 10B MARTES 1 DE JUNIO
10C JUEVES 3 DE JUNIO

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